Para un mundo que se mueve a toda velocidad, la empresa de hoy requiere agilidad. Se abre un nuevo paradigma de gestión en el que las organizaciones ya no pueden funcionar con un management y un liderazgo totalmente jerárquico y funcional. Ya no prima la productividad, el alcanzar el volumen fijado o la rentabilidad. Ahora vivimos en un entorno VUCA (Volatility, Uncertatinty, Complexity y Ambiguity), en el que la organización pasa a ser un sistema vivo que exige identificar su valor diferencial y estar en continua innovación. Para ello, una parte vital son los equipos y su desarrollo organizacional. ¿Cómo? Creando un equipo de equipos, o como dice el libro de Stanley McChrystal, un team of teams.
Una mirada circular para los equipos
Hasta ahora, en el blog, ya hemos hablado del Consejo de Administración y del Comité de Dirección como órganos clave, pero hay un tercer pilar que, la empresa de hoy, debe tener en cuenta: los equipos. La nueva organización debe romper las jerarquías tal y como las conocemos hasta ahora, pasando de una estructura triangular a una circular. ¿Cómo? Formando un equipo de equipos para ganar un sistema más ágil.
El círculo es un equipo autónomo formado por personas diversas con una contribución y un propósito muy concreto, que se inserta en un ecosistema de otros equipos que viven en una continua interacción. Por tanto, una organización no será una estructura de personas organizadas de una determinada manera con funciones para realizar eficientemente las actividades, si no que será un equipo de equipos que se autogestionan, con una capacidad creadora y generadora de oportunidades muy importante y con una interrelación muy fuerte tanto dentro como fuera de la organización. Deben estar preparados para leer y anticiparse a las nuevas tendencias del mercado con rapidez.
La tecnología fomenta que, sobre todo las start-ups, tengan este modelo prácticamente insertado en su ADN, ya que los cambios disruptivos son tan grandes que requieren esta manera de trabajar desde el principio. Los sectores más tradicionales, en cambio, deben virar hacia esta mirada más circular, con sistemas organizacionales más ágiles, para adaptarse al futuro. La unidad básica ya no es la persona: es el equipo.
Necesitamos un Líder de líderes
Trabajar con consciencia, de una forma colegiada y con movilidad de roles, también requiere un cambio en el liderazgo, que se convierte en el engranaje principal para conseguir este cambio de mentalidad, con una mirada circular. Así, si antes hemos hablado de diseñar un equipo de equipos, en esta nueva estructura circular también es importante disponer de un líder de líderes. ¿Qué significa? Que debemos rediseñar los equipos con nuevos mapas, pero también a las personas que los conforman con nuevas competencias.
- La diversidad no puede faltar. Si queremos anticiparnos a las nuevas tendencias del mercado debemos ampliar nuestra mirada. Para ello, es indispensable contar con talento diverso, que refleje la variedad de perfiles existentes en el mercado. Sin diversidad, perderemos perspectiva y dejaremos de innovar, como os explicábamos aquí.
- El propósito debe ser compartido. Es muy importante conseguir que el equipo comparta y focalice sus esfuerzos en conseguir los objetivos marcados por la compañía. Eso significa que necesitamos tener una visión muy bien definida, con una propuesta de valor muy clara de cara al usuario final. El liderazgo no puede perder de vista el largo plazo: los equipos trabajan en círculo a su alrededor.
- Es importante priorizar. De todo lo que estamos co-creando, ¿qué es lo que va primero? ¿Qué va a generar más impacto? ¿Cómo simplifico? Debemos valorar trabajar con equipos en paralelo y de forma autónoma para un mismo fin, así ganamos en rapidez. Aquí es donde también entra el corto plazo: dejamos de trabajar de manera lineal y secuencial para hacerlo de manera circular e iterativa, fomentando la interacción y el desarrollo creciente.
- El cambio es una constante. La movilidad también entra en los equipos. Hoy formas parte de un proyecto y mañana lideras otro distinto con otros compañeros. Para poder cambiar de rol en poco tiempo, necesitamos conformar equipos alineados, que sepan adaptarse y que sean resilientes.
- La información es para comprender y decidir. Compartir información y, por lo tanto, compartir una comprensión del sistema completo en el que opera un equipo, es un requisito previo para una buena toma de decisiones en condiciones complejas. Si un equipo carece de una comprensión compartida del contexto general de sus acciones, tomará decisiones que sean buenas para el equipo, pero no necesariamente buenas para la empresa en general.
Aprendizaje de mi experiencia
Todo queda en un círculo: la transformación organizacional pasa por la de los equipos, y ésta, por la del liderazgo. Incluso en empresas del sector tradicional, hay que hacer una revisión de la cultura, la estrategia y del desarrollo organizacional.
Una compañía que pretenda ser más circular, sin departamentos estancos, ni jerarquías, puede empezar trabajando por proyectos. Se definen equipos, entendidos como unidades transversales, que dejan de depender de esa jerarquía rígida para ganar influencia. A partir de aquí, se van definiendo nuevos objetivos y se irán conformando más y nuevos equipos, cada vez más ágiles. El resultado puede medirse, hay herramientas que nos lo permiten. Pero la clave está en la generación de nuevas oportunidades: eso es lo que nos hará crecer. ¡La compañía es un organismo vivo!
Es cierto que, nunca, hasta ahora, se habían transformado los organigramas de forma tan drástica y recurrente, y creo que aún vamos a ver muchos más cambios. Para una empresa de nueva creación no supone ningún problema, el reto es para las más tradicionales: abandonar el micromanagement, sacrificar el control exhaustivo y el dominio de la eficiencia como objetivo final por un sistema que nos aporta mucho más, con proyección al futuro: en busca de un propósito común, que se mide por las oportunidades y el impacto que genera. La principal responsabilidad del líder es crear un ecosistema de líderes y de equipo de equipos.
¿Estáis preparados para fomentarlo en vuestras organizaciones?
Un abrazo,
Isabel Nogueroles