Hace unos días estaba hablando con un cliente sobre la importancia de simplificar, priorizar y de aprender a marcarnos unos objetivos. Mientras lo debatíamos, salió en la conversación el, ya mítico, libro de John E. Doerr: “Mide lo que importa”. Y me dio mucho que pensar en las empresas que realmente sí miden lo que importa. Es decir, es conocido por todos que el día a día de las organizaciones acostumbra a ser “de locos” y a menudo nos olvidamos de fijar las prioridades en base a unas decisiones sólidas que nos ayuden a avanzar y a conseguir los objetivos marcados. De nada sirve trabajar mucho y muy duro si no vamos ni alineados con los objetivos estratégicos de la empresa ni si evaluamos ni compartimos los resultados obtenidos.
Ir “como pollos sin cabeza” no nos lleva a ninguna parte, es por eso que hoy quiero hablaros de los Objectives and Key Results, más conocidos como, los OKR. Se trata de una metodología efectiva que ayuda a concretar los retos estratégicos de las organizaciones y a pautar unas acciones clave que nos lleven a obtener los resultados esperados.
Actualmente ya son muchas las empresas que optan por esta práctica a la hora de llevar una organización a prosperar: Intel, Google, Amazon o Netflix son solo algunos ejemplos de grandes compañías que se han sumado al carro de este nuevo sistema empresarial y que les ha llevado a expandirse además de unificar y fortalecer su estructura corporativa.
Pero… Exactamente, ¿qué son y en qué consisten los OKR?
Las siglas OKR corresponden a “Objectives and Key Results”, o, mejor dicho, “Objetivos y Resultados Claves”. Como ya hemos avanzado, se trata de una metodología de trabajo reciente, data de la década de los 90 cuando, el CEO de Google, Andy Grove vio la necesidad de establecer unas métricas de trabajo para establecer unos fundamentos sólidos que ayuden a avanzar de forma calmada y organizada basándose en el principio de la simplicidad y la prioridad de lo importante.
Con el apoyo de este método como herramienta clave de trabajo, apta tanto para equipos de gobierno como de ejecución, se establecen unas guías claras y unos procesos de trabajo que facilitan la identificación de las tareas clave con la finalidad, no sólo de ayudar a escalar y expandirse, sino también, de tener la certeza de poder prescindir de las tareas que no ayudan en la consecución de los objetivos. Sólo de esta forma se alcanza la efectividad.
Seguir esta metodología es útil para medir la estrategia y los resultados clave basados en las acciones concretas previamente definidas en todos los departamentos.
¿Por qué es importante implantar los OKR en nuestra organización?
Como todos los procesos de transformación y crecimiento, al principio no es nada fácil: la implementación de un sistema de trabajo interno e innovador basado en la alineación de la cultura, la estrategia y la ejecución con la finalidad de que todos los equipos de trabajo vayan en la misma dirección, requiere de tiempo y de un proceso de aprendizaje. Implica una gestión continuada del rendimiento por parte de todos: empleados, colaboradores y hasta del mismo/a CEO de la compañía.
Actualmente existen plataformas online que ayudan a monitorizar la cultura empresarial, es decir, a tener una visión global del proyecto en sí para ir calendarizando y evaluando cada fase del proceso. De esta forma, facilita la gestión de el/la responsable de proyecto a la hora de determinar la estrategia y los resultados clave para la toma de decisiones.
Entre otras ventajas y beneficios, la implementación de los OKR ofrece:
- Consecución de los objetivos (se recomienda asignar de 1 a 2 objetivos anuales).
- Mejora las relaciones entre colaboradores y aumenta la efectividad del trabajo en equipo.
- Ayuda al crecimiento, expansión y transformación empresarial.
- Fomentan la coordinación entre diferentes órganos y equipos de trabajo.
- Reduce la posibilidad de sufrir una crisis.
Los OKR y el liderazgo
Os preguntaréis cuál es la relación entre el liderazgo y la metodología OKR en las empresas, pues bien, toda implementación necesita el soporte de un liderazgo efectivo para trasladar de forma ágil la metodología de trabajo a todo el equipo. Todo este proceso supone un cambio en el seguimiento del impacto de las tareas, así como también, en las competencias y habilidades de los colaboradores de la compañía. La interrelación entre compañeros y tareas clave y la agilidad en la toma de decisiones son dos aspectos básicos para su correcta implementación. Todo este proceso no sería posible sin un liderazgo que permita establecer este sistema en la organización y facilite la incorporación de la cultura empresarial.
Mi aprendizaje de la experiencia
La empresa tiene que estar preparada para implantar los objetivos OKR. Es una herramienta colaborativa, por lo que necesita instituir una cultura que atraiga nuevo talento. ¿Cómo lo conseguimos? Contratando líderes que tengan una visión acorde con la estrategia y optimizando el proceso de contratación para atraer nuevos trabajadores. La organización debe asegurarse, por ejemplo, de que haya nuevas oportunidades de formación y crecimiento para sus equipos. En resumen, es importante crear una cultura de aprendizaje para el desarrollo tanto de nuevos empleados, como de los ya existentes.
Hay casos que he vivido de primera mano, como es el caso de Typeform. Actualmente están en una fase de crecimiento fuerte y disponen de una guía sencilla y colaborativa para aplicar y monitorizar los cambios que requiere su estrategia a través de las OKR.
Los OKR no están pensados sólo para las grandes empresas, las pymes y las startups también pueden aprender mucho de estos objetivos. Lo más importante: cuanto más simple, mejor. Es preferible marcarse pocas metas y poder cumplirlas, que pecar de exceso. Éstas ya se irán multiplicando en cuanto vayamos obteniendo los resultados deseados. Eso, sí, es mejor establecer unos plazos para asegurarnos que podemos monitorizar su impacto en la organización, tanto en los equipos, como en los clientes y los proveedores.
¿Y vosotros? ¿Estáis listos para implantar los OKR en vuestra organización?
Un abrazo,
Isabel Nogueroles