¿Qué es un consejero externo? ¿Por qué es importante en mi empresa familiar? ¿Qué puede aportarme esta figura? ¿Cuáles son sus funciones? En este artículo mi reflexión se focalizará en el rol que debe cumplir el consejero externo en una organización. En concreto, me centraré en la importancia de esta figura en el desarrollo de una empresa familiar.
Seguro que en muchas ocasiones has oído hablar de esta figura, pero ¿sabemos realmente cuál es su función? El consejero externo o independiente es la figura que analiza “desde fuera” las tareas desarrolladas por la dirección de una empresa.
Según la Guía práctica para el buen gobierno de las empresas familiares, elaborada por el Instituto de la Empresa Familiar, existen tres tipos de consejeros: internos o ejecutivos, dominicales e independientes.
En resumen, los consejeros internos o ejecutivos son los que ejercen funciones ejecutivas y directivas en la organización y mantienen una relación contractual con ella. Un buen ejemplo es el consejero delegado, un alto directivo que tiene funciones ejecutivas ejercidas bajo la supervisión del consejo.
Los consejeros dominicales son aquellos propuestos por los accionistas de control o accionistas significativos de la empresa, individuales o agrupados, a pesar de no ejercer funciones directivas. En otras palabras, es un representante de los accionistas de la organización.
Por su parte, los consejeros independientes son los que acceden al puesto por sus conocimientos técnicos y experiencia profesional, sin estar vinculados al equipo de gestión de la empresa ni a sus accionistas significativos. A diferencia de los dos anteriores, los externos son elegidos bajo criterios profesionales y personales, con la finalidad de obtener una visión externa e independiente de la organización, así como la defensa de los intereses de sus accionistas. Al tratarse de una figura ajena a la empresa, que viene “de fuera”, su papel es realmente interesante en la empresa familiar.
Sin embargo, la mayoría de empresas familiares se niegan a introducir un consejero externo, ya que éste se percibe como alguien que no conoce el negocio. La figura del consejero externo no se considera necesaria en las decisiones importantes debido a que, por lo general, la empresa familiar no hace un buen uso del consejo de administración.
El consejo suele estar formado solo por familiares, que a menudo se limitan a apoyar las decisiones del familiar “dominante” o acudir como un oyente más, sin debatir ninguna cuestión. En definitiva, actuando más como accionistas que como consejeros y olvidando cuál es la función básica del Consejo que no es otra que dar guía a la organización fomentandopensamiento estratégico a largo plazo, innovación y crecimiento, siento un espacio de diálogo que transmita recomendaciones y decisiones de ejecución.
Además, las empresas familiares tienen que afrontar en estos momentos retos como la profesionalización de las decisiones, la retención y captación de talento dentro de la familia y el relevo generacional.
En este sentido, existe además la figura del consejero asesor en la empresa familiar que no formando parte del Consejo de Administración puede ayudar a la empresas familiares en estos cambios tan importantes para la supervivencia de sus empresas, aportando experiencia y metodología.
Pero, ¿cómo actúa un consejero independiente o consejero asesor? ¿Cuál es su función dentro de la empresa familiar?
Al tratarse de una persona externa, aporta objetividad en la toma de decisiones e independencia de criterio, evitando así que el familiar “dominante” ejerza su opinión sin tener en cuenta el resto de intereses de la organización. Del mismo modo, el consejero independiente ayuda a la familia a mantenerse firme en la toma de decisiones que son buenas para la compañía, dejando de lado las presiones de carácter emotivo-familiar.
Hay que tener en cuenta que el consejero externo tiene experiencia sobre situaciones similares que ha trabajado con otras empresas además de metodología para diseñar un plan estratégico familiar y contribuir a la efectividad de las dinámicas en el Consejo, aportando las herramientas necesarias para asegurar el correcto desarrollo de la empresa en armonía familiar, siempre entendiendo y teniendo presente la relación entre la propiedad, la familia y la empresa.
¿Cuándo es importante tener un consejero externo? Esta figura cobra especial importancia en momentos de cambio en las empresas familiares entre las que destacan dos situaciones específicas: cuando hay un traspaso generacional, cuando hay un cambio estratégico importante que afectar al ADN del negocio y cuando el CEO no pertenece a la familia.
Todos conocemos la frase “el abuelo emprende, el hijo expande y el nieto arruina”. El traspaso generacional es uno de los principales obstáculos de la continuidad de la empresa familiar, ya que la primera generación siempre quiere que el negocio pase de generación en generación sin perder los valores familiares.
En este sentido, el consejero externo media entre generación y generación para conseguir un amable traspaso, rebajando las tensiones que genera el cambio. De este modo, esta figura aporta tranquilidad a la generación que sale y seguridad a la que entra.
En definitiva, el consejero externo acompaña a la familia empresaria para faciltar un proceso y liderazgo efectivo alineando estrategia, cultura, ejecución y talento., ayudando al crecimiento de la empresa sentando las bases para su futuro
Mi aprendizaje de la práctica
En España el 88,8% de las empresas son familiares, según el informe ‘La empresa familiar en España, elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar, por lo que incorporar un consejero independiente puede ser muy valioso. De mi experiencia, destacaría las siguientes reflexiones:
- En las empresas fuera del IBEX35, existe poca profesionalización del Consejo y sus funciones. Se confunde mayoritariamente únicamente con representación de los accionistas o inversores.
- En las empresas familiares con vocación de continuidad es vital incorporar un planteamiento estratégico familiar más allá de aspectos únicamente financieros, fiscales, mercantiles, societarios, laborales, etc.. Este planteamiento es estratégico y, requiere un proceso de acompañamiento, sobre todo, en empresas familiares, donde cabe distinguir entre el plan estratégico empresarial y el plan estratégico familiar.
- Hay muy pocas empresas que se cuestionen la efectividad del Consejo y existen formas de revisarlo para mejorar y aportar la mayor contribución.
- Incorporar Consejeros independientes puede mejorar ayudar a favorecer la diversidad en el órgano esencial de la compañía que es un factor clave de éxito. Incorporemos más mujeres y representación generacional en los Consejos.
- Es interesante pensar en esta figura por un tiempo limitado (de 3 a 5 años) para asegurar la aportación de valor proactivo, desmarcándose de la endogamia de los inversores o socios dominicales que muchas veces ejercen también un papel directivo en la empresa.
- “La diversidad es la clave del éxito”.La diversidad genera mayor creatividad y mejora la toma de decisiones, lo que impacta directamente en los resultados de la compañía, como demuestran los datos. Es importante que el Consejo recoja esa diversidad, de expertise, de género e intergeneracional.
- Una buena manera de iniciar el proceso de profesionalizar el consejo es incorporando un consejero asesor.
Os invito a reflexionar sobre ¿Cuán efectivo es el liderazgo de vuestros Consejos y que contribución real tiene respecto a los resultados de la compañía?
Un abrazo,
Isabel Nogueroles